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07 enero 2006

What will you do with a billion transistors??

Los grandes avances en las tecnologías de procesos de fabricación de materiales están propiciando lo que muchos expertos consideraban una realidad solo a medio o largo plazo. Una vez rebasada la escala de los 70 nm somos capaces de llegar a construir procesadores de un tamaño similar al actual pero que pueden llegar a integrar un billón (mil millones, estos yankis...) de pequeños transistores. Las posibilidades son entonces casi ilimitadas. Los diseñadores parecen niños en una tienda de golosinas desbordados por lo que se les brinda.
Pero no todo son buenas noticias claro. El hecho de disminuir la escala de integración provoca que factores no tan importantes anteriormente como el efecto de la temperatura y el consumo en el rendimiento sean determinantes ahora. Todo esto tiene un impacto enorme a la hora de abordar nuevos diseños, y entre ellos, a mi modo de ver, destaca uno: la frecuencia.

Hasta hace poco estábamos acostumbrados a que cada nuevo modelo de procesador supusiera un incremento en la fecuencia de trabajo. De esta forma partiendo de los viejos 386 a 33 MHz de 1987 llegamos hasta los Pentium IV o AMD con frecuencias en torno a los 3,5 GHz. Pero si son observadores y se fijan en la evolución de las frecuencias en los procesadores de un par de años hasta aquí verán que las diferencias son insignificantes. Y el motivo es el que les comentaba antes y es que básicamente por encima de esas frecuencias podemos tener un bonito trozo de silicio quemado dentro de nuestra preciosa torre.

¿Entonces cuáles son las alternativas? Una vez descartado el factor frecuencia como medio de obtener ordenadores más rápidos, los diseñadores han optado por otras medidas muy interesantes como son (entre otras) la creación de procesadores de mútiple núcleo. Un procesador con estas características está formado básicamente de 2 o más núcleos de procesamiento o cores completamente funcionales que comparten la caché de nivel 2 o L2. Con estas nuevas propuestas se intenta conseguir rendimientos altos, aprovechando la cantidad de transistores disponible en la creación de varios cores y cachés cada vez más grandes, y todo esto a frecuencias más bajas.

Ya tenemos en el mercado los primeros procesadores para ordenadores personales que incorporan esta tecnología. De Intel destacaré la familia para portátiles de doble núcleo bautizada como Centrino Duo (Yonah 2) que va a convivir un tiempo con su hermano monoprocesador remejorado (Yonah 1). Por el otro lado AMD empieza a destacarse con su Opteron (64 bits) de doble núcleo partiendo del original como base y ofreciendo unos rendimientos más que aceptables.

En resumen que vamos a vivir un nuevo cambio desde el salto que pegamos desde los 386 a los Pentium hace ya unos cuantos años. Preparen los bolsillos!!!

Chau.

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